lunes, 7 de noviembre de 2016

BAJANDO POR EL BARRANCO…(3)


El Club Deportivo Mensajero sumó una jornada más sin ganar y cosechó una nueva derrota en el Silvestre Carrillo al caer ante el Arenas Club de Getxo por 1-2.

Lejos de lo que pudiera parecer por esta entradilla, los rojinegros hicieron un buen encuentro y merecieron, más que no perder, ganar. No pareció ni mucho menos que se enfrentaran el 15º contra el 5º de la clasificación. Los hombres Jaime Molina saltaron al terreno de juego con la valentía habitual y un once titular más ofensivo que nunca. A su habitual puesta en escena con dos laterales de largo recorrido (Juanda y Gabi Ramos) en la línea de cuatro, sumaron un centro del campo de carácter creativo, situando a Cristian Portilla como ‘hombre-ancla’, flanqueado por los grancanarios Omar y Vianney. El segundo, fue ayer capitán ante las ausencias destacadas de los dos primeros: Yeray El Arrugado’, por lesión, y Rayco, por decisión técnica. Y la verdad es que el ‘7’ mensajerista cumplió con creces. En su vuelta a la titularidad y con su nuevo rol, con el brazalete, realizó un partido extraordinario llevando el juego de su equipo, y por ende, el peso del partido. Fue el mejor de un conjunto -y de un encuentro-, en el que los locales mandaron de principio a fin en los primeros 45 minutos. Tuvieron la posesión del balón, llegaron en innumerables ocasiones al área y dispararon bastantes veces a puerta, eso sí, la verdad sea dicha, sólo en una con verdadera sensación de peligro, por mediación de Álex Cruz, que junto con su tocayo González, fue otro de los destacados del choque. Ione no tuvo que hacer ni una sola parada de mérito, dado que el Arenas se dedicó a guardar la posición y arriesgó lo mínimo en ataque. Los palmeros no consiguieron penetrar la defensa vasca en ningún momento, y por eso se dedicaron a intentarlo con lanzamientos lejanos (recurso tan válido como en desuso en el fútbol de nuestros días), y buscar penetraciones por banda que acabaron en centros no rematados. Y así, con unos que no podían y otros que no querían, llegamos al descanso.





La segunda parte empezó de la misma manera, con los nuestros volcados sobre el área de los de Jon PérezBolo’, que seguían imponiendo una resistencia numantina. De los cuatro rivales de esta temporada que un servidor ha tenido la oportunidad de presenciar en directo (Majadahonda, Toledo, Bilbao Athletic y este), el de ayer ha sido sin duda el que mayor capacidad de sacrificio, espíritu colectivo y solidaridad defensiva ha demostrado, pero al mismo tiempo, el más pobre en ataque con mucha diferencia, y en definitiva, el que peor juego ha hecho y menor nivel ha enseñado. Así lo decía la clasificación hasta la jornada de ayer y antes de esta inmerecida derrota mensajerista. De hecho, a nuestro modo de ver fue el partido más completo del Mensajero, con dos grandes ‘peros’: la mala puntería en ataque y falta de contundencia en defensa, osea, los fallos en las áreas. En la parcela defensiva, primero, encajaron un gol por no estar todo lo atentos que debían, cuando el ‘9’ visitante, el corpulento Dani López, disparó desde la frontal, Ione salvó el gol (como tantas y tantas veces), y el compañero en ataque del primero, Álvaro, el pequeño y habilidoso número 11, estuvo todo lo rápido que no estuvieron los centrales locales para ir a 'cazar' el rechace y empujarlo a la red. Al poco, el rápido delantero visitante fue objeto de un penalti tras recibir un pase en profundidad y marcharse por velocidad de Jaime, que acabó derribándolo tras un agarrón. La pena máxima fue transformada por el mediocentro Matador, con el 6, que hizo honor a su nombre sin contemplaciones. Espectacular el trabajo de ambos puntas para el conjunto del norte de España (también y sobre todo en las ayudas defensivas), que de dos ocasiones sacaron dos goles. Y por lo que al Mensajero y a la parcela ofensiva se refiere, faltó, una vez más y como casi siempre (a excepción de las victorias ante Gernika [3-2] y Zamudio [5-1]), la efectividad. Además de los disparos lejanos ya mencionados en la primera parte, la defensa del Arenas taponó una cantidad bárbara de remates, y sobre todo, su portero Company evitó dos goles cantados. El primero, tras un magistral libre directo de Omar que se colaba por la escuadra; el segundo, después de una volea de Nacho desde dentro del área que iba pegada al palo. Bien es cierto que ambas ocasiones llegaron ya con el 0-2 en el marcador. En los compases finales, un balón colgado al área fue cabeceado por Moreno a la red y permitió tener unos minutos de esperanza a la parroquia rojinegra, pero ya era demasiado tarde.


En la rueda de prensa posterior, Jaime Molina habló del “miedo a fallar” de sus hombres, y parece un argumento más que razonable, porque la actitud la tienen, el juego lo ponen y las ocasiones las crean. Pero la pelota no entra y las victorias no llegan…


El próximo domingo, una nueva oportunidad en Las Gaunas y ante un histórico como el Logroñés, que si bien parece diseñado para aspirar a cotas mayores, a día de hoy, transcurrido ya un tercio de temporada, se encuentra a tan sólo 3 puntos del Mensajero, y por lo tanto se le debe considerar un rival directo en la lucha por la salvación, que ahora mismo está a tan sólo un punto, encontrándose los del Barranco de Los Dolores en el puesto 16º de la tabla, que es el que promociona por la permanencia. El representativo canario de la 2ª B tiene más juego que puntos, pero los merecimientos no ganan partidos, así que esperamos que en la próxima jornada haya más suerte y podamos llamar al pan pan…en la tierra del vino.