lunes, 14 de noviembre de 2016

BAJANDO POR EL BARRANCO...(4)

U. D. LOGROÑÉS 1-2 C. D. MENSAJERO

El Club Deportivo Mensajero ganó tres milagrosos puntos de oro en su desplazamiento a Las Gaunas tras conseguir, por fin, su primera victoria de la temporada fuera de casa.


Los de Jaime Molina saltaron al terreno de juego riojano más protegidos que de costumbre, por primera vez con ‘sólo’ dos delanteros y cuatro centrocampistas, pero teniendo en cuenta que se jugaba fuera de casa y ante un rival en teoría superior (diseñado para luchar por el ascenso aunque estaba apenas tres puntos por encima de los nuestros en la tabla), no se puede decir que el ‘once’ que saltó ayer a jugar en el Norte de España fuera defensivo ni mucho menos.


La primera parte fue total y absolutamente controlada por la Unión Deportiva Logroñés, que acuciada por sus necesidades clasificatorias, salió más decidida que su rival a por la victoria. Por primera vez en lo que va de temporada, al menos en los partidos que un servidor ha tenido la oportunidad de presenciar, el Mensajero, de salida, miró más por su retaguardia que por su vanguardia y se dejó dominar. Nos pareció un acierto el planteamiento inicial algo más conservador de Jaime Molina, aunque bien es cierto que pudo ser un arma de doble filo al poder interpretar los jugadores que había más miedo a perder que ilusión por ganar. Pero a toro pasado, ya se sabe…Se llevaban disputados pocos minutos cuando al Logroñés le anularon un gol de cabeza tras un centro desde la banda derecha por un fuera de juego que pareció inexistente, basándonos en las escasas repeticiones que nos ofreció la Televisión Autonómica Canaria. La tónica de la primera parte fue que la posesión, las llegadas y los remates, todo, fue para los de casa, mientras que el Mensajero se mostró inofensivo en ataque, impreciso en el centro del campo e inseguro en defensa. Señalar que el árbitro, que fue el peor del partido, mostró hasta tres tarjetas amarillas injustas a los mensajeristas. La primera a Álex Cruz por una falta que no cometió, la segunda a Gabi Ramos por una infracción de lo más común y la tercera a Juanda por una simulación de penalti que no fue tal. Surrealista lo del colegiado. Además, destacar que una vez más Ione había evitado el primer gol con una intervención milagrosa. Con todo y con eso, los del Barranco de Los Dolores parecían llegar vivos al final de los primeros 45 minutos, pero sucedió lo peor. En un córner que iba a ser la última jugada antes del descanso, Adrián León (que había sido, este sí, bien amonestado por una ridícula simulación de penalti), remachó a gol, solo en el área pequeña y con la testa, el rechace del remate de Pazó al larguero, igualmente con la cabeza, al que no había podido llegar Ione, produciéndose el gol con el guardavallas grancanario tendido en el suelo tras su estirada y ante la pasividad de los defensores mensajeristas (tal y como sucedió la jornada anterior ante el Arenas). Y con ese bajón nos fuimos a los vestuarios.




En la segunda parte, los locales parecieron contagiarse del ritmo cansino que los visitantes tuvieron en la primera, o conformarse con el 1-0, o un poco de las dos. Y no les fue mal hasta casi el ecuador, cuando los cambios efectuados por Jaime Molina comenzaron a surtir efecto. Apenas un par de minutos (extrañó que no fuese un doble cambio) separaron las sustituciones de Omar por Ale González (pasando del ‘novedoso’ 4-4-2 al clásico 4-3-3), y de Nacho por Rubiato, -hombre por hombre-, toda vez que el primero había hecho su trabajo de desgaste con la zaga rival, estando, eso sí, desafortunado con el balón. El Mensajero se empezaba a estirar, y si bien es cierto que no llegaba a crear ninguna ocasión, tampoco sufría, a excepción de otro remate aislado nuevamente salvado por Ione. A falta de 20 minutos llegó el cambio clave para entender el signo y el desenlace del partido: Matías Dumpiérrez le daba el relevo a un fatigado Álex Cruz, que había sido el más activo del Mensajero en ataque y pudo ser objeto de penalti poco antes. Al poco llegó la primera ocasión del partido para los nuestros. Una preciosa triangulación acabó con Juanda ganando la línea de fondo y poniéndola atrás para la llegada del recién incorporado Matías, que remató con precisión y contundencia, cerca de la escuadra, pero que vio como el guardameta Miguel enviaba el balón a córner en una espectacular estirada.


El último cuarto de partido fue del Mensajero, y el éxtasis llegó casi en los últimos 5 minutos del tiempo reglamentario. En el ’84, Cristian Portilla (a ojos de un quien escribe el mejor del Mensajero) que había hecho una gran primera parte en el apartado defensivo, culminaba su recital de pases largos y aperturas a bandas de la segunda parte con un balón en largo servido desde el medio campo y enviado en profundidad para que Ale González se quedara solo ante el portero tras un sprint imparable y definiera de volea y abajo, pegado al palo derecho de Miguel y botando antes de entrar en la portería. Todavía no se había recuperado el Logroñés del mazazo ni el Mensajero había acabado de celebrar el empate cuando llegó el delirio, el segundo gol, el de la victoria. Tras un fallo defensivo de un Logroñés volcado, Matías recogía la bola en la línea de tres cuartos, y para culminar una cabalgada prodigiosa, chutaba fuerte y raso desde la frontal un balón que acabó tocando en el palo antes de entrar. Ya en el descuento, los de Carlos Pouso marcaban en un córner, reviviendo por unos segundos viejos fantasmas rojinegros de esta temporada, pero por suerte le sería anulado el gol correctamente por un claro fuera de juego.


Balón al cielo de Ione, pitido final y primera victoria a domicilio.

El representativo canario de la Segunda División B está ahora muy bien clasificado, en el puesto 13º, pero es un dato engañoso porque a sólo un punto acecha el puesto de promoción, y a dos, el temido descenso. Se viene una oportunidad de lujo para los nuestros de conseguir un ‘9 de 9’, recibiendo en casa a un rival directo como el San Sebastián de Los Reyes y visitando a un recién ascendido como el Navalcarnero en el plazo de 12 días. Pero primero lo primero, el ‘Mensa’ debe conseguir de una vez por todas ganar dos partidos de manera consecutiva en la temporada, y para ello todos tenemos que poner de nuestra parte. El domingo viene el ‘Sanse’; nos vemos en el Carrillo