domingo, 4 de septiembre de 2016

LA VENDETTA DE NARANJITO


Sábado 9 de Julio de 1994. Me encuentro en Barlovento, un encantador pueblito al norte de la isla de La Palma donde pasé los mejores veranos de mi infancia. No he cumplido aún los 12 años y estoy disfrutando de mi primer mundial de fútbol junto a mis primos. La Selección, nuestra selección, España (todavía no éramos 'La Roja'), está disputando los cuartos de final contra la todopoderosa Italia, tercera clasificada del campeonato anterior que jugaron en casa y ya por aquel entonces Tricampeona del Mundo


La primera parte fue igualada; España cayó en 'la trampa' italiana, la del fútbol físico, los balones aéreos y las segundas jugadas, y la monotonía del enfrentamiento sólo se rompió con un zapatazo desde fuera del área de Dino Baggio en el 25'. En una acción aislada, la calidad decidía -en este caso la primera parte-, y empezaba a decantar el partido para los transalpinos. 

La segunda fue otra historia; todavía faltaba mucho para la España del 'tiki-taka', pero en esta fase de aquel partido La Selección tuvo más posesión de balón, dominó territorialmente y llegó más a puerta. En pocas palabras, fue claramente mejor. Así llegó el empate de Caminero (el mejor jugador español en el campeonato) en el 58' y España siguió asediando a 'la azzurra'. En la recta final del partido, se produjeron las tres jugadas clave de la eliminatoria: primero, Julio Salinas se quedó solo ante Pagliuca y tiró 'al muñeco', para desesperación de todos los españoles. Acto seguido, otra acción aislada y la calidad decidían, por medio de Roberto Baggio, esta vez el partido. Y cuando todo parecía perdido (y efectivamente lo estaba), llegó lo peor: en un último ataque desesperado, Goikoetxea se internó por la banda derecha, colgó el balón al área y vio, junto al resto de habitantes del Planeta Tierra, -o al menos del Planeta Fútbol-, y con la excepción de Sandor Puhl y sus asistentes, como Mauro Tassotti reventaba de un codazo la nariz de Luis Enrique, al tiempo que el balón sobrevolaba la guarida italiana. Era penalti y expulsión. Teníamos a una garantía desde el punto fatídico como Fernando Hierro y 'nos los estábamos comiendo'. Nunca lo podré demostrar y jamás lo sabremos, pero estoy convencido de que hubiésemos empatado primero y ganado después. En la siguiente ronda, semifinales contra Bulgaria y quién sabe si la clasificación para conseguir un subcampeonato del mundo ante Brasil (en ganar a aquella 'verdeamarela' no creía). De ahí al final, una muerte amarga que duró dos minutos y un luto cuasi infinito durante 4 mundiales y 16 años.


En ese momento, decidí que este sería mi primer equipo para siempre. Y no he conseguido olvidar cómo la escuadra a la que 'menos cariño' le tengo, destrozó los sueños de fútbol de un niño de la manera más cruel, vil, rastrera, sucia y antideportiva que uno se pueda imaginar. Un niño que no entendía lo que pasaba. Y un hombre que sigue sin entender lo que pasó. Nunca los perdoné y jamás los perdonaré.



Al menos me quedó el consuelo de que Brasil les ganara la final y hubiese un Campeón del Mundo digno y justo. Además, mis jugadores favoritos triunfaron sobremanera, ya que el mejor definidor que nunca he visto, Romario Da Souza, fue elegido Balón de Oro como mejor jugador, mientras que mi ídolo, Hristo Stoichkov, se proclamó Bota de Oro como máximo goleador...








16 años separan estas dos imágenes. La de la derrota, en 1994, la cara ensangrentada de Luis Enrique; la del triunfo, en 2010, el rostro emocionado de Íker Casillas. El primero, injustamente eliminado; el segundo, brillantemente coronado. Uno, triste cuartofinalista del Mundial; el otro, exultante Campeón del Mundo. Con ellos, en las malas y en las buenas, muchos millones de futboleros sufridores, durante décadas, seña de identidad de los aficionados españoles...



16 años que me parecieron toda una vida. Y eso que yo no viví el increíble robo que sufrimos en Italia '34, ni el ridículo espantoso que hicimos en casa en el '82, -cuando estaba a punto de nacer, de ahí el nombre del blog-, ni la desgracia del gol fantasma no concedido frente a Brasil o la eliminación por penaltis ante Bélgica en México '86 (a una edad de la que casi no tengo recuerdos), ni aquella fatídica barrera en Italia '90, cuando aún no había empezado a aficionarme al fútbol.



Entre medias, contando también las Eurocopas, todo lo que sigue:

-En el '96el repaso antológico que le dimos en cuartos de final a la anfitriona Inglaterra, con gol legal anulado incluido a 'Julito' Salinas (que esta vez si la metió). El partido, con su prórroga, acabó 0-0 y la suerte volvió a torcernos el gesto en los penaltis. Recuerdo verlo en el salón de mi casa con mi padre, que justo en el momento previo al fallo definitivo de Nadal, gritó: "¡Más carrera!", vaticinando el fatal desenlace del lanzamiento y achacándolo a la escasa carrerilla previa que había tomado el defensa de Manacor


-En el '98, en Francia, con la mejor plantilla que le recuerdo a la Selección antes de que empezáramos a ganar títulos, fracasamos estrepitosamente al caer en la primera fase. En el primer partido, vibrante e igualado, empezamos perdiendo contra Nigeria con un increíble autogol de 'Zubi', empatamos con un golazo de Raúl a magistral pase de Hierro y sucumbimos con un zapatazo al bote pronto de Oliseh desde la frontal, a la salida de un córner. Kiko declaró al final al respecto de ese disparo: "De mil mete uno". No le faltaba razón al artista gaditano. En el segundo partido, pese a ser claramente superiores, no fuimos capaces de romper la muralla de Chilavert y sus secuaces, empatando a 0 con Paraguay. En el tercero, conseguimos una inservible goleada de escándalo ante Bulgaria, que encajó 6 goles españoles que se quedaron en un triste recuerdo al no darse el resultado que necesitábamos para clasificarnos en el Nigeria-Paraguay.


-En el 2000tras clasificarnos primeros de grupo con aquel inolvidable gol in extremis de 'Alfonsito' a Yugoslavia, los cuartos de final nos emparejaron en el torneo de Bélgica y Holanda con la Campeona del Mundo, Francia, a la que le jugamos de tú a tú. Se adelantaron por medio de Zidane en una falta directa pluscuamperfecta, empatamos con gol de Mendieta de penalti y volvieron a desequilibrar con un golazo de Djorkaeff. Todo en la primera parte. En una segunda igualada, nuestro momento llegó cuando el partido agonizaba y el árbitro señaló la segunda pena máxima del partido a favor de La Roja. El especialista, Gaizka Mendieta, había sido sustituido. En su lugar tomó la responsabilidad Raúl González, referente del combinado nacional en ese momento. Engañó al portero Barthez, pero el balón se le fue arriba. No dio tiempo a mucho más. Caímos con honor contra el mejor equipo del mundo, que refrendaría tal condición haciéndose igualmente con el cetro europeo al final de dicha competición.


-En el 2002, el de Japón y Corea, la vez que más cerca lo tuvimos antes de la definitiva. Ganamos los tres partidos de la primera fase con solvencia, tuvimos, esta vez sí, la suerte de cara para pasar en octavos contra Irlanda en la tanda de penaltis, y cuando llegaron los cuartos, contra la débil pero a la par anfitriona Corea (y el dato no es baladí), ocurrió lo impensado y lo impensable. Recuerdo y reconozco haberme reído del robo que sufrió Italia en octavos, inocente de mí, sin saber lo que nos esperaba en la ronda siguiente...España no hizo un gran partido, pero dominó de principio a fin, no sufrió en ningún momento, y sobre todo, marcó hasta dos goles legales, por mediación de un defensa coreano (autogol) y de Morientes con sendos cabezazos, que todavía seguimos sin saber por qué anuló Gamal Al-Ghandour, el árbitro egipcio que protagonizó el que a día de hoy considero el robo más doloroso que he vivido en el fútbol, si bien es cierto que los fallos más importantes fueron responsabilidad directa de sus asistentes. Después, en la prórroga, también pitó un fuera de juego inexistente cuando Luis Enrique se quedaba solo ante el portero. Además, dejó de señalar una ingente cantidad de faltas a favor de los nuestros durante todo el partido. Incluso, en la tanda de penaltis, su portero se adelantó un metro para detener el lanzamiento de Joaquín, a la postre clave en la injustísima clasificación coreana. Aún así, fuimos quintos en ese Mundial, nuestra segunda mejor clasificación histórica, sólo superada en aquel momento por el cuarto puesto de Zarra y compañía en Brasil '50.


-En el 2004 llegamos a Portugal tras la renuncia de Camacho, Iñaki Sáez dirigía la nave rojigualda. Venía avalado por una admirable trayectoria en las categorías inferiores, pero la verdad es que decepcionó y mucho. Creo que ha sido la etapa en la que menos identificado me he sentido con el juego de La Selección. La peor época que recuerdo. Jugaba un 4-2-3-1 un poco...rácano, digamos. En el doble pivote, solía alinear a Xabi Alonso y Albelda, el primero más posicional y el segundo de corte netamente defensivo, relegando a Xavi Hernández al banquillo (no tuvo ni un minuto en todo el torneo), si bien es cierto que el mediocentro de Terrassa no había explotado como haría años después con Luis Aragonés. Las bandas eran profundas, con Joseba Etxeberría (o Joaquín) y Vicente Rodríguez como titulares habituales.

El problema lo tuvimos arriba, porque aunque Valerón es uno de los futbolistas más talentosos que ha dado este país, Raúl uno de los más grandes jugadores españoles de todos los tiempos, y Morientes uno de nuestros máximos goleadores históricos, nunca jugaban los tres juntos, jamás coincidían en el campo. Por aquello del doble pivote y el equilibrio táctico, ya se sabe. El mediapunta canario tenía muy poco gol mientras que el madrileño no era un delantero centro nato. Si jugaban ellos dos, se caía (o era sustituido) 'el Moro' y faltaba pegada. Si entraba de titular el extremeño, iba al banquillo (o era cambiado) el isleño y carecíamos de elaboración. En el último partido del grupo tuvo su oportunidad en el once Fernando Torres, que con 20 años distaba de ser el futbolista importante que resultó ser en 2008. Raúl, capitán y todavía con galones de estrella, era intocable. Así las cosas, tras ganar el primer partido a Rusia por 1-0 (con gol precisamente de Valerón), empatar a 1 con Grecia en el segundo (asistencia de Raúl de tacón y definición de '9' de Morientes) y perder el último partido contra el anfitrión Portugal por 1-0 (golazo desde fuera del área y a la media vuelta de Nuno Gomes), dijimos adiós al torneo del país vecino. 2 goles en 3 partidos, juego poco fluido y la 'pólvora mojada', nos fuimos a casa con más pena que gloria.


-En el 2006, en Alemania, tuvimos un torneo...especial, diferente. También lo fue para mí, que lo vi en la soledad y el exilio de la lejana Inglaterra. Con 'El Sabio de Hortaleza' al mando, arrasamos en la primera fase con 9 puntos de 9. Sencillamente brillante fue el 4-1 (para el recuerdo el cuarto gol de Fernando Torres precedido de una ruleta de Puyol en los inicios del 'tiki-taka') que le infligimos a Ucrania en el primer partido, cuando toda la prensa internacional se deshizo en elogios hacia los nuestros, parecía que por fin íbamos a hacer algo grande, y este españolito recuerda cómo le caían las lágrimas de orgullo y emoción al leer las crónicas dedicadas a su selección en los ordenadores de la biblioteca municipal de Brighouse, Cliffton, West Yorkshire, muy al norte de Inglaterra. En octavos nos cruzamos con la renacida Francia, que 8 años antes había sido campeona y que en 2002 había hecho el ridículo. Los galos tenían 'savia nueva' con la llegada de jóvenes prometedores como Ribery, y además mantenían la experiencia, la clase y la pegada de hombres tan importantes como Vieira, Henry o Zidane

Precisamente 'Scarface' adelantó a los galos. No nos vinimos abajo y empatamos con un penalti transformado por 'El Guaje' Villa, que ya se vislumbraba como el gran goleador español de siempre que acabó siendo. Terminó el torneo con 3 goles, por otros 3 de su compañero de ataque, Fernando Torres. Probablemente la mejor noticia del Mundial fue que habíamos encontrado pareja delantera para muchos años. En la recta final del partido, una contra magistralmente ejecutada por 'Zizou' (que 'rompió' nada menos que al gran Puyol), y una falta rematada por el mediocentro del Arsenal, nos sentenciaron. Recuerdo al comentarista inglés preguntándose en voz alta al comienzo del partido, y ante la tesitura de disponer España de un equipo tan joven y ser por contra 'les bleus' un conjunto así de experimentado: "Is too late for France or too soon for Spain?" (¿Es demasiado tarde para Francia o demasiado pronto para España?). Al final, desgraciadamente, fue lo segundo. Recuerdo haberle dicho a mi compañero de piso, un francés que intentaba consolarme: "El problema no es perder, el problema es que el próximo es en 4 años". Pero quedó otra sensación. Era un equipo joven, fresco, alegre, que elaboraba más y tenía una mentalidad netamente ofensiva. Un equipo que había competido y caído con honor. Un equipo que ilusionaba. Algo estaba empezando a cambiar...







Y entonces llegó el 2008...por fin se iban a terminar la mitad de nuestras pesadillas ("Luis Enrique, vengamos tu tabique", la otra mitad, dos años después). Llegamos a Austria y Suiza con una selección totalmente renovada, no sólo de manera parcial como dos años antes. Se cayeron para siempre y entre otros, tres 'vacas sagradas': Raúl (capitán, máximo goleador histórico y referente absoluto del combinado nacional), Míchel Salgado (uno de los futbolistas nacionales con más internacionalidades), y Cañizares, que aunque nunca llegó a disputar un gran torneo como titular, llevaba formando parte del equipo español desde 1994. Este hito merece recitar de carrerilla (y sin necesidad de buscar en Google), el once que nos llevó a la gloria europea: Casillas, Ramos-Puyol-Marchena-Capdevilla, Senna-Xavi-Iniesta-Silva, Villa y Torres. Se habían alineado los astros. Juntábamos en una misma alineación al mejor portero (Casillas), al mejor defensor (Puyol), al mejor organizador (Xavi), al mejor mediapunta (Iniesta) y al mejor goleador (Villa) de la historia del país. Y los acompañaban varios de los mejores de siempre en sus puestos. Nunca La Roja (como empezaba a ser conocida) jugó tan bien al fútbol (al menos para el gusto y la opinión -compartidísima, eso sí- de quien suscribe) durante un torneo completo. 

4-1 a Rusia (hat trick de Villa y Fábregas), 2-1 a Suecia (Torres y Villa) y 2-1 a Grecia (De la Red y Güiza) para completar una primera fase inmaculada. En cuartos, nuestra bestia negra: Italia. Al final de la prórroga, nuestra maldición: los penaltis. Y cuando acabó la tanda, se consumó 'La Vendetta de Naranjito', con Fábregas transformando el penalti decisivo en el que posiblemente sea el gol que más he gritado nunca. En ese momento, con todos los fantasmas desterrados, sabía que por fin íbamos a ser campeones. Al paseo en la semifinal contra Rusia, 0-3 (Xavi, Güiza y Silva), le siguió la exhibición en la finalísima contra la selección más grande del Viejo Continente, la única Tricampeona de Europa en ese momento, Alemania. La Selección fue superior de principio a fin, dominando absolutamente el centro del campo que poblaban cinco de los nuestros, ya que el nuevo '7' de España se había lesionado en semifinales y su lugar en el once en el partido decisivo lo ocupó Fábregas, dejando como único hombre en punta a Fernando Torres. Precisamente el rubio de Fuenlabrada fue protagonista, tras una gran asistencia de Xavi -cómo no-, de una cabalgada en la que acabó superando por velocidad a Lahm y por habilidad a Lehman, picando la pelota ante la salida del arquero alemán y llevando a este país a la gloria en aquel ya histórico minuto 33. Lo disfruté y lo celebré con dos amigos en un lugar tan mágico como emblemático: la Plaza Mayor de Salamanca, el lugar donde pasé los mejores años de mi vida. De ahí al final, posesión y toque, más posesión y más toque, como señas de identidad de un equipo de leyenda que ya es historia viva del fútbol. 1-0 y Campeones de Europa

44 años después (España '64), conquistábamos nuestro segundo título, repetíamos Eurocopa y levantábamos nuestro primer trofeo 'en color'. Para redondear la fiesta, Casillas se hizo con el Guante de Oro al mejor portero, Xavi fue elegido el mejor jugador de la competición y 'MaraVilla' se hizo con la Bota de Oro. Como apunte y aunque estuvieron todos espectaculares, decir que para este humilde periodista el hombre clave de este triunfo fue Marcos Senna, que se multiplicó en la medular para hacerle el 'trabajo sucio' a los 'jugones' y que era el que iniciaba el juego, dando una lección detrás de otra de lo que debe ser un  mediocentro completo.




Párrafo aparte, mención especial y descripción detallada merece lo que viene a continuación. Viajábamos a nuestro mundial número 13, que ya nunca más volvería a ser el de la mala suerte, con ese mágico lema que llevaba el autobús que nos trasladaba a cada partido, un lema que nuestros jugadores podían leer cada vez que subían un nuevo escalón hacia la gloria."Ilusión es mi camino, victoria mi destino":









Año 2010, Sudáfrica, Campeonato del Mundo de Fútbol. La Roja llega como Campeona de Europa y por lo tanto se la considera, ahora más que nunca y con toda la razón, una de las máximas favoritas al título final. Vicente Del Bosque se ha hecho con los mandos del combinado nacional ante la renuncia de Luis Aragonés, que decidió retirarse en la cumbre. El técnico salmantino apenas hace un par de variaciones en el once ideal, pero son de peso. Casillas sigue en la portería, Capdevilla es el lateral izquierdo, Ramos el derecho y Puyol sigue liderando la zaga, pero ante la irrupción de Piqué, Marchena va al banquillo. En el centro del campo, Xavi sigue siendo el faro que nos guía con la inestimable colaboración de Iniesta, pero la progresión de Alonso y la aparición de Busquets desplazan a Senna del equipo, que ni siquiera entra en la convocatoria final. Villa es indiscutible como referencia goleadora, mientras que Torres, que sale de una lesión, empieza en el banquillo. El primer once lo completa Silva, que luego es relegado a la suplencia por el fuenlabreño, quien a su vez caerá de la alineación en favor de Pedro, la revelación de la temporada y la 'sorpresa' de la convocatoria, que es quien disputa como titular la semifinal (en la que es el mejor del partido) y la final. En la primera jornada de la fase de grupo caemos injusta e inexplicablemente ante Suiza por 0-1, nos levantamos ante Honduras ganando 2 a 1 (con doblete de Villa) y rematamos la faena y la clasificación venciendo a Chile igualmente por la mínima, 2 goles a 1, con otro más de 'El Guaje' y un segundo de Iniesta. Desde ahí hasta el final, todo serán victorias por la mínima. 1-0 ante Portugal (Villa), 1-0 ante Paraguay (Villa, tras parar Casillas un penalti y fallar Alonso otro), y 1-0 ante Alemania (con 'Tarzán' Puyol sobrevolando las torres alemanas para rematar un genial servicio desde el córner de Xavi con uno de los mejores cabezazos de todos los tiempos). 

Entonces llega el día más importante de nuestra historia futbolística. Es 11 de julio de 2010 y en la Final del Mundial se van a enfrentar Holanda y España. 'Los tulipanes' llegan a la cita decisiva por tercera vez en su historia, mientras que los nuestros son absolutamente novatos en estas lides. El día D a la hora H, saltan al campo los siguientes nombres y hombres para la historia: Casillas; Ramos, Puyol, Piqué, Capdevilla; Busquets, Alonso, Xavi; Iniesta, Pedro y Villa. El ambiente en Santa Cruz de La Palma, mi localidad natal, es espectacular. Estoy con mi primo en el Recinto Ferial, que se ha dispuesto para celebrar La Bajada de La Virgen, con un amplio graderío que encara el escenario preparado para los conciertos, delante del cual se coloca una pantalla gigante. La ciudad está engalanada con tricolores canarias y rojigualdas españolas. Coinciden las Fiestas Lustrales con el Mundial de Fútbol, circunstancia que sólo se da cada 20 años. 

El partido es tenso de principio a fin, y aunque España domina territorialmente, es dueña del balón y manda el partido, las ocasiones se suceden en ambas porterías. En faltas, eso sí, 'ganan' los holandeses por goleada, gracias a la permisividad de Howard Web. Que se lo pregunten a Xabi Alonso , que recibió una patada en el pecho y con los tacos de De Jong que se saldó con una mísera tarjeta amarilla. En el 62', se nos congela la sangre cuando Robben encara solo a Casillas y define a un lado, a lo que el mostoleño, el mejor portero del mundo en este momento, responde con un magistral despeje con el pie derecho en una exhibición de intuición y reflejos. Llegamos al final de los 90' con el corazón en un puño, y aunque yo siempre creo y estoy convencido de que este es nuestro momento, por momentos me asalta ese miedo de pensar lo de 'a la tercera va la vencida' para ellos, o incluso que 'el fútbol les debe uno'. Pero el fútbol no entiende de refranes ni de justicia histórica. Empieza la prórroga y el juego sigue la misma tónica, aunque el dominio de La Roja se acentúa y el juego sucio de la 'Orange' también. Así, Heitinga es expulsado en el 109' y lo empezamos a ver un poco más cerca. Siete minutos después, Jesús Navas, que había entrado por Pedro, arranca una jugada en campo propio por la banda derecha, recorre 40 metros y, tras superar la línea divisoria rodeado de rivales, cede a Iniesta, que 'taconea' para Fábregas; el catalán abre para Torres, que intenta colgársela a Andrés, que se había incorporado al área; la defensa naranja corta, pero el rechace lo recoge Cesc, que también había acompañado la jugada, ve un hueco entre las piernas rivales y filtra entre líneas el pase a la gloria: recibe "Iniesta de mi vida" (Camacho dixit), la deja botar y empala una volea eterna que supera a Stekelenburg y enloquece a millones de aficionados españoles...Los más afortunados lo presencian en el Soccer City de Johannesburgo, otros lo disfrutamos a través de la pantalla y algunos seguro que gracias a la magia de las ondas. Todos cumplimos nuestro sueño de fútbol. Algunos, incluso, cantamos el gol de nuestras vidas...

Han tenido que pasar 80 años desde que se disputó el primer Mundial de Fútbol (Uruguay 1930), 76 desde que debutamos en Italia '34 y 13 participaciones para llegar a este momento:

ESPAÑA ES CAMPEONA DEL MUNDO DE FÚTBOL.






(Casillas volvió a ser el menos goleado y Villa el máximo goleador. El MVP del Mundial fue para Forlán, con Uruguay).



Y para completar la historia de la Triple Corona, llegó el 2012 en Ucrania y Polonia. Sin duda, este fue el título que viví con menor intensidad. Pero no porque ya lo hubiésemos ganado todo, yo no entiendo eso de 'cansarse de ganar', sino porque por circunstancias personales que no vienen al caso (entre las que se encontraba mi segunda operación en la misma rodilla, ya que el fútbol ha marcado mi vida desde tiempos inmemoriales, muchas veces para bien, pero algunas para mal), me encontraba en mi peor momento. Lo viví en la frialdad (incluso en verano), la lejanía y la soledad de Londres...

Casillas seguía siendo indiscutible bajo palos y Piqué en el eje de la zaga. El resto de la defensa cambió, ya que Jordi Alba sustituyó a Capdevilla en el lateral izquierdo, Ramos pasó al lugar del lesionado Puyol como central, y Arbeloa cubrió el flanco derecho de la retaguardia. En el medio del campo, repetían como doble pivote Busquets y Alonso, a la sazón segundo máximo goleador de la 'era Del Bosque', Xavi volvía a llevar la batuta con Iniesta como escudero, Silva recuperaba la titularidad al tiempo que el protagonismo y Fábregas tomaba el sitio de Villa (que no se recuperó a tiempo de una fractura de tibia y peroné para entrar en la convocatoria) en la delantera como 'falso 9'. Ese fue el once habitual. A destacar una nueva clasificación por penaltis, esta vez ante la Portugal de Cristiano Ronaldo en semifinales, con nuevo disparo decisivo de Cesc. Esto demuestra que incluso los mejores equipos de la historia, los que más superiores han sido a sus rivales, también han necesitado una dosis de fortuna para triunfar. En la final, La Selección Española de Fútbol jugó el mejor partido de su historia al ganar, golear y humillar a Italia por 4 a 0. Silva marcó de cabeza el primer gol del partido a pase de Fábregas desde la parte derecha, Alba encarriló el encuentro tras cabalgada y magistral pase en profundidad de Xavi, y tras el descanso y cuando el partido daba sus últimos coletazos, España redondeó el partido gracias a Fernando Torres, al que en 15 minutos le dio tiempo de hacer el tercero y regalarle el cuarto a Mata, con lo que sumando 3 goles y una asistencia, se erigía en Bota de Oro de la Eurocopa. Casillas, una vez más, volvió a ser el mejor portero, y esta vez Iniesta fue quien se hizo acreedor del MVP de la competición. 

La Roja se convertía en Tricampeona de Europa, con lo que igualaba en títulos a Alemania (por detrás viene Francia con 2 y el resto, varios países, con 1), y pasaba a ser el segundo mejor equipo en la historia del torneo, ya que los teutones nos superan en finales (7 a 4). Más que eso, España entraba para siempre en las páginas de oro del libro del fútbol, al ser el único combinado nacional de la historia de este deporte capaz de encadenar tres grandes torneos consecutivos (Eurocopa-Mundial-Eurocopa), convirtiéndose así en la mejor selección de todos los tiempos. Con una base de hasta 11 jugadores que estuvieron en los tres campeonatos entre 2008 y 2012, siendo Bicampeones de Europa y Campeones del Mundo (Casillas,  Reina, Albiol, Iniesta, Xavi, Torres, Fábregas, Alonso, Ramos, Arbeloa y Silva), más otros 7 que fueron Campeones de Europa y del Mundo (Capdevilla, Piqué, Martínez, Pedro, Valdés, Busquets y Navas) y 1 más que, perdiéndose el Mundial por lesión, fue doble Campeón de Europa, Cazorla.




Aunque muchos puedan no creerme y yo no pueda demostrarles que no miento, les aseguro, puedo jurar y juro, que en un momento dado, diría que a comienzos de los 2000 y tras 'lo de Corea', pronuncié la siguiente frase, de la que podrían dar fe algunos de mis más 'allegados futbolísticos': "El día que España tenga toda la suerte que le ha faltado, ganará dos Eurocopas  y dos Mundiales seguidos". Esto no era un brindis al sol, sino una creencia fundamentada en la historia negra de La Selección y basada en la ingente cantidad de ocasiones en las que el infortunio y/o los errores arbitrales habían dado con nuestros huesos de vuelta a casa antes de tiempo, mucho antes de merecerlo, competición tras competición. Por supuesto que esas no eran las únicas razones, ni siquiera las principales, había dos más importantes; la innegable calidad de nuestros jugadores y equipos y el optimismo natural que me caracteriza. Al final mi profecía no se cumplió del todo, pues con dos Eurocopas consecutivas y un Mundial se cerró el ciclo ganador. Pero la verdad es que me habría hecho de oro si antes de 2008 hubiese apostado unos euros por una intuición que se acabó consumando al 75%. Y esta historia, la historia de la 'Triple Corona' después de aquella fatídica tarde americana de hace ahora 22 años, y el hecho de haber nacido un servidor en el '82, es la historia del nombre de este 'invento': La Vendetta de Naranjito







En un país que siempre ha sido más de clubes que de Selección, somos pocos los que tenemos a La Roja por nuestro primer equipo. En mi caso, por un lado, influye el hecho de que mi ínsula natal, La Palma, no haya tenido, tenga ni vaya a tener nunca un club representativo en la élite. Las circunstancias no lo permiten. Y por el otro, está la realidad de que LA SELECCIÓN ES DE TODOS por igual. Es un equipo de fútbol que representa a un país, y más allá de ideologías políticas o realidades sociales, el mismo derecho a sentirse español y de La Roja tiene un vasco, que un madrileño o que un canario. Además, siempre me ha parecido maravilloso que personas de culturas tan diferentes como las que tenemos en toda España se unan en pos de un objetivo común, el de formar La Selección Española, y a través de una pasión compartida, el fútbol.


Seguro que vendrán más triunfos en el futuro, y volveremos a vivir La Vendetta de Naranjito, pero pase lo que pase, que nos quiten lo 'bailao'...

TRICAMPEONES DE EUROPA Y CAMPEONES DEL MUNDO:



 




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