sábado, 21 de noviembre de 2015

EL TRIUNFO DE UN ESTILO

REAL MADRID 0-4 BARCELONA

Lo que acabamos de ver en el Bernabéu, a ojos de cualquier futbolero medio entendido, no  fue 'un clásico cualquiera'. Ni, desde el punto de vista de un culé, 'un gran triunfo más'. Y sobre todo, desde la óptica madridista, no debe tomarse como 'un simple mal día'.

Esto debe ser considerado, por propios y extraños, como un punto de inflexión. A varios niveles. Hay mil detalles por analizar y muchas explicaciones que dar. Pero sobre todo, varios factores que ayudan a entender lo que está pasando en este, nuestro fútbol, el español.


En primer lugar, no se puede negar la obviedad de que la historia ha dado un vuelco. Un giro de 180º. Desde la llegada de Cruyff al Barça, la diferencia en el bagaje de títulos entre blancos y azulgranas es palmaria. Ahí nos referimos a los últimos 25 años, que dicho sea de paso, coinciden con el tiempo que un servidor lleva siguiendo el juego más bonito del mundo. Pero es que después de la etapa dorada del 'Dream Team', y con la excepción del par de temporadas exitosas de Van Gaal, vino una sequía de títulos en el Camp Nou de nada menos que 5 años en los que no se ganó nada, hecho sin precedentes en la historia del club. Y he aquí la diferencia, en Can Barça nadie se volvió loco. O sí, pero disimularon su locura. Se desesperaron, lógicamente, por la falta de resultados. Pero no se renunció a la esencia, a la base y a la filosofía que había implantado el genio holandés. Se mantuvo el estilo.

Entonces llegó otro par de años gloriosos con Rijkaard y más tarde la consabida etapa dorada de Guardiola prolongada ahora por Luis Enrique, con  la inestimable ayuda, eso sí, de un elemento común y diferenciador llamado Leo Messi. Con él conicidió la mejor generación de canteranos de la historia blaugrana, que a su vez dieron forma a la mejor Selección Española de todos los tiempos, destacando la columna vertebral formada por Valdés, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta y Pedro, acompañados por algunos de los mejores jugadores internacionales del momento. No es casualidad el haber ganado dos 'Tripletes' en seis años. Entre medias, entrenadores que no ganaron nada, como Serra Ferrer, Reixach, Antic o 'Tata' Martino -que peleó hasta el último día por Liga y Copa-, y el malogrado Tito Vilanova (que fue campeón en su única temporada completa). Pero todo este tiempo y todos esos entrenadores han compartido una serie de valores que a día de hoy ya parecen inherentes al escudo del Fútbol Club Barcelona: la apuesta por el fútbol de posesión y ofensivo y el desafío de que los equipos de la cantera empezaran a inculcar ese estilo de juego y produjeran jugadores para el primer equipo.


Cuando cogemos el puente aéreo, nos damos cuenta de que en Concha Espina se han hecho las cosas de manera muy diferente. Y mucho peor. Coincidiendo con la llegada de Cruyff al Barça, se produjo el epílogo de la etapa de La Quinta del Buitre, así como el adiós del desaparecido Ramón Mendoza a la presidencia del mejor club del siglo XX. Y entonces empezó a forjarse la historia del mejor equipo del 21. Lorenzo Sanz, que en apenas 5 temporadas ganó una liga y un par de Copas de Europa (después de que en el Bernabéu llevaran 32 años sin 'catarla'), fue sorprendentemente derrotado por el carisma de Florentino Pérez en las elecciones de 2000. El socio del Madrid sucumbió a las promesas de "excelencia" del actual mandatario y a partir de ahí el Real pasó a ser un club presidencialista.

Florentino prometió el oro y el moro. El oro lo trajo en forma de 'Balones' y 'Botas': Figo, Zidane, Ronaldo OwenKaká, Cristiano Ronaldo y James...Al 'moro' todavía lo está buscando; después de 'echar' a Del Bosque, cuya inercia ganadora le llevó a ganar Liga y Copa de Europa en sus dos primeros años, han pasado por el banquillo del Bernabéu: Queiroz, Camacho, García Remón Luxemburgo en su primera etapa. En esta, la segunda, Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Benítez. Osea, lo que se dice 'una de cal y otra de arena'. Algunos más defensivos, otros más ofensivos, unos de 'látigo en mano', otros de 'pasar la mano'...ni uno por libreto futbolístico, todos por capricho. Ninguno le vale. Que se lo pregunten a Camacho. Como con los jugadores; el que estaba de moda, el más caro, el más mediático...ninguno por características, todos por márketin. Le duran lo que le duran. Que se lo pregunten a Robben.

Y así es como 'El Ser Superior' (bautizado así por Butragueño, figura, precisamente, del último equipo ganador con estilo de club que tuvo el Madrid), ha ido haciendo y deshaciendo a su antojo desde que llegó y hasta hoy. Alguna vez le ha funcionado, como en el año de la citada 'Novena' ganada por Del Bosque -que tenía su base en un conjunto que había ganado dos de las anteriores cuatro Copas de Europa-, la 'liga de los récords' de Mourinho o la 'Décima' de Ancelotti. Pero a la hora de hacer un recorrido global por la trayectoria del Real en la última década, nos encontramos con que el club que ha conquistado casi la mitad de los campeonatos españoles en liza a lo largo de la historia, también protagoniza el escalofriante dato que sigue: 1 liga ganada de las últimas 7. Y es que en esto del fútbol, como en la vida, hay una serie de virtudes impagables e impagadas: el respeto, el sacrificio, la constancia, la confianza y el agradecimiento. Condiciones todas de los que ha adolecido el presidente cuando de valorar a todos sus entrenadores y a muchos de sus jugadores se trataba. Que se lo pregunten a Del Bosque. Que se lo pregunten a Casillas.


Y llegamos al partido de hoy, en el que, todo hay que decirlo, los astros se alinearon a favor del Barcelona. Sobre el 'verde', lesión de Mascherano aparte, le pasó todo lo bueno que le podía pasar. Empezando por la alineación que sacó el Madrid. ¿Alguien tenía alguna duda de que un centro del campo Modric-Kroos-James sería devorado por otro compuesto por Busquets, Rakitic, Sergi Roberto e Iniesta? Y ya se sabe que el que manda en el centro del campo, manda en el partido. Y alguno dirá, 'sí, pero el que manda en las áreas, manda en el marcador'. Pues resulta que, teniendo al mejor 'Zamora' de la historia en la portería propia y a la mejor delantera del mundo en la de enfrente, ese también era el Barcelona. El 'repaso' azulgrana fue antológico; brutal a lo largo y ancho del partido, de principio a fin, habiendo momentos de auténtica humillación, por etapas pareció un rondo con árbitro. El enfrentamiento resumido en un dato: el Barça dio 38 toques consecutivos antes de marcar el primer gol.

De eso se encargaron, sobre todo, en el medio campo, compuesto en tres de sus cuatro miembros por canteranos culés. El partido de Iniesta es para ponerlo en vídeo en las escuelas de fútbol y titularlo "Así juega un centrocampista". Además, coronó su gran actuación con el mejor gol del partido, el de la sentencia, el 0 a 3. Es curioso lo de este hombre; apenas marca un par de goles al año, pero todos son el súmmun de la estética y además resultan clave en  grandes victorias y títulos. Salió ovacionado del Bernabéu cuando fue sustituido, como no podía ser de otra manera, en la segunda demostración de señorío de la noche que daba la afición blanca, tras el homenaje a las víctimas del atentado terrorista de Francia en los prolegómenos del partido. (Se equivocó luego al corear a Isco por dar una patada sin balón que le costó una merecida expulsión). 

Y a esto hay que sumarle el hecho de que Bravo sacara tres goles 'cantados' a James, Cristiano y Benzema. En la otra punta del campo, 2/3 de la mejor delantera del mundo (faltaba Messi, el 'tercio' más grande), fueron suficientes para finiquitar El Clásico en 45 minutos. Con 0-2 nos fuimos al descanso, goles obra de Suárez -a majestuoso pase de Sergi Roberto- y Neymar. A poco del comienzo de la segunda, el conjunto blaugrana nos deleitó con la exquisita combinación que finalizaron el brasileño, con una lujosa asistencia de tacón, y el citado manchego, con un derechazo imparable a la escuadra. Luego llegó la puntilla del uruguayo. 0-4 y pudieron ser más...


Para que se dé un resultado como este en un partido de esta enjundia, tienen que conjugarse muchos y muy diversos factores. El entrenador visitante acertó en el planteamiento porque es su segundo año en el club, tiene conocimiento total de la plantilla y plenos poderes en el vestuario. El local se equivocó porque todavía no ha dado con su equipo tipo y además cambió su idea de los últimos encuentros, ya que la 'BBC', por lo visto, 'tiene' que jugar. Los culés acertaron en todo, los merengues en nada. Y esa pequeña parte que siempre depende de la suerte, también sonrió a los de Luis Enrique, torciéndole el gesto a los de Benítez.

Aunque, queridos lectores, y especialmente, amigos madridistas, que los árboles no les impidan ver el bosque: los del campo estuvieron mal y el del banquillo peor, pero el problema de base está más arriba; en la parte 'Superior'...




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