lunes, 21 de julio de 2014

FUTBOLISTA CULPABLE, SER HUMANO INOCENTE


"Entrenar con el Liverpool o pisar sus campos de entrenamiento (en el momento de ser sancionado, ahora con el Barcelona). Usar cualquier utensilio deportivo del gimnasio del club. Acudir a cualquier partido nacional o internacional. Acudir a ver partidos de fútbol base u otras ligas. Disputar un partido benéfico. Visitar a niños hospitalizados con el resto del equipo. Entregar trofeos en competiciones de fútbol base. Hablar o presenciar cualquier acto con los aficionados del club. Ejercer cualquier función con permiso del club. Participar en campañas de su club o de la Federación Uruguaya. Participar en eventos con sponsors futbolísticos..."



Estas no son las actividades que durante 4 meses se le prohibirán a un peligroso violador o asesino en serie. Esto es todo lo que tiene vetado Luis Suárez, actual Bota de Oro del Fútbol Europeo, mejor delantero centro del mundo en estos momentos y fichaje estrella del nuevo Barcelona de Luis Enrique. Un futbolista que empezó a hacerse un nombre en el Ajax de Ámsterdam, en donde ganó todos los títulos nacionales posibles y fue elegido mejor jugador de la Eredivisie en su último año, merced a haber sido máximo goleador y máximo asistente (logro, este último, que también consiguió en los dos anteriores). Conquistas que le llevaron a la Premier League, a la que llegó en 2010, un año mágico que coronó como máximo goleador mundial para la IFFHS tras su exitosa participación en la Copa del Mundo de Sudáfrica, en donde Uruguay fue cuarta y él hizo 3 goles en 6 partidos. En 2011, fue Campeón de América con La Celeste, metió 4 goles en 6 partidos y fue elegido mejor jugador del torneo. Dos años después, en 2013, se convirtió en el máximo goleador histórico de la Selección Uruguaya. Y el año pasado, tras ser el que más goles metió y el que más pases de gol dio, demostrando por enésima vez que es mucho más que un goleador, lo nombraron mejor jugador de Inglaterra...






Esta estrella mundial, que sin duda y aunque le costará arrancar acabará triunfando en el Barça, también se verá obligado a pagar 82.000 euros debido a su 'metedura de pata'. Y por último, o para empezar, están los 9 partidos -de los que le quedan 8- en los que no podrá participar con Uruguay, su selección. Por fin una sanción lógica y acorde al 'delito' que cometió. Y podrían ser 12, o 15 o 20. Pero siempre que el castigo estuviese relacionado con la falta en la que incurrió en el campo: se disputaba el último partido de la primera fase del Mundial entre Uruguay e Italia, cuando nuestro protagonista mordió en el hombro a su rival Giorgio Chiellini, que no es precisamente una 'hermanita de la caridad' en el terreno de juego. Un acto tan injustificado, feo y negativo para la imagen del fútbol como pasajero, inofensivo e intrascendente para la salud de la víctima. No ocurre lo mismo con la entrada criminal del francés Matuidi, que rompió la tibia y el peroné al nigeriano Onazi. Chiellini pudo seguir jugando después del mordisco. Onazi tuvo que ser inmediatamente retirado y no volverá a jugar al menos en medio año. No me cabe duda -y me parece bien- de que Luis Suárez está pagando su reincidencia. Ya mordió el año pasado en la liga inglesa con el Liverpool y hace unas temporadas en la holandesa con el Ajax. Y por lo tanto, merecía una sanción dura y ejemplar. En partidos, por supuesto. Y también podían haberle 'tocado el bolsillo' un poco más.






Pero todas estas prohibiciones, muchas desproporcionadas y otras simplemente ridículas, me hacen lanzar las siguientes preguntas al aire: 

¿Qué culpa tenía el Liverpool y tiene ahora el Barcelona del error que cometió su jugador en un encuentro internacional con su selección? ¿No tendrá mucho que ver el hecho de que la víctima fuese un jugador una selección tetracampeona del mundo? ¿Y que el culpable jugase en una bicampeona del mundo, que al mismo tiempo es un país pequeño y por lo tanto tiene una gran repercusión futbolística pero muy poco poder en lo mediático? ¿Qué hubiera pasado si el italiano es el que muerde y el uruguayo es el mordido? ¿Y si es el jugador de la mediocre Nigeria el que rompe la pierna a un futbolista de la gran selección de Francia? ¿Valoran más en la FIFA el acto y sus consecuencias o el nombre de los protagonistas? ¿Entonces por qué no tienen también en cuenta otros comportamientos reincidentes? 


Desde que sigo la Copa Mundial de la FIFA, y me estrené hace 20 años, estas son las jugadas más polémicas que recuerdo:

-USA '94, Tassoti le rompe la nariz a Luis Enrique en el España-Italia (Cuartos de final).

-ALEMANIA 2006, Zidane le da un cabezazo a Materazzi en el Francia-Italia (Final).

-BRASIL 2014, Luis Suárez muerde a Chiellini en el Uruguay-Italia (Primera Fase).



¿Qué tienen en común todas estas acciones? Efectivamente; los de siempre, en todas las salsas...





©Miguel Pérez Duque 2014 Todos los derechos reservados.