lunes, 1 de septiembre de 2014

CRÓNICA DE LA JORNADA 2


Las 'crónicas de la jornada' se referirán a lo más destacado que haya pasado la semana anterior en el fútbol, pero no sólo a los resultados ni tampoco a todos los resultados. No puedo ver todos los partidos y por eso tampoco analizarlos uno por uno. Pecaré de poco original, pero hay que ofertar lo que se demanda y vivimos en un país bipolar. Un polo es el Barça y el otro polo es el Madrid. Por suerte para el fútbol y los futboleros de bien, los que amamos al balón por encima de nuestros escudos, la temporada pasada, y después de muchos años, apareció una tercera vía: el Atlético de Madrid. No sólo volvió al lugar que le corresponde por historia, por plantilla y por presupuesto hace un par de temporadas, el 3º, sino que además el año pasado, contra todo pronóstico, se convirtió en el ganador de la competición de la regularidad. Así que con todos los respetos que merece el campeón, este será, junto con Barça y Madrid, el equipo a analizar. Aunque huelga decir que comentaremos cualquier hecho, anécdota o resultado destacado con el que nos sorprenda el fútbol español. Lo haremos, como mandan los cánones, en el orden en el que acabaron la temporada pasada, que además es el alfabético: 1º Atlético, 2º Barcelona y 3º Madrid.


ATLÉTICO: En El Calderón se vio un partido de los que, si se piensa bien, es más común de lo que parece. El grande, jugando de local, vence al pequeño, con la ley del mínimo esfuerzo. El equipo del Cholo Simeone no se ha caracterizado nunca por hacer un fútbol excelso ni por monopolizar la posesión del balón. Ni siquiera por mandar en el encuentro. No le hace falta. Entrenadores, sistemas de juego, tácticas, estrategias y jugadores, hay muchos de todos los tipos. Igual que visiones del juego u opiniones futbolísticas. Lo que no hay son muchos equipos en los que exista una comunión como la que tiene este. Un técnico que tenga las ideas tan claras, unos jugadores que las interpreten tan fielmente en el campo y una afición que se sienta tan identificada. Y eso es lo que hace falta. Todas las ideas son válidas, siempre que estén dentro de la legalidad, y de eso se encargan los árbitros. No hay un sistema mejor que otro ni un entrenador perfecto ni un equipo que gane siempre. Todo es cuestión de adaptarse a lo que se tiene para luchar y a lo que tiene ese contra el que se va a luchar. De conocer fortalezas y debilidades propias y del rival. Porque se dice que 'en el amor y en la guerra, todo vale'. Y el fútbol tiene mucho de amor y algo de guerra. Este es un equipo que se basa en el orden y en la fortaleza defensiva, en el esfuerzo físico y en la solidaridad de sus jugadores, especialmente en el centro del campo y en la contundencia y la eficacia en ataque. Defender muy bien, contraatacar mucho y aprovechar lo poco que se ataca. Y cuando hay dificultades, explotar la estrategia. El sábado, Miranda adelantó a los suyos con un gol calcado al de la final de Copa contra el Madrid adelantándose a la defensa y rematando al primer palo un balón puesto por el guante de Koke. Y luego Mandzucik apuntilló al Eibar al cabecear una falta lateral dulcemente servida por Gabi. Después, Abraham recortó distancias con el que hasta ahora probablemente sea el gol de la liga, un derechazo a la escuadra más lejana tras una gran combinación en ataque de los vascos con dejada final de tacón por parte de Arruabarrena. El resultado (2-1) y los goles fueron una metáfora de lo que fue el partido y de lo que son los dos equipos: los visitantes son un equipo alegre y atrevido, de ahí el golazo que metieron, aunque novato en la categoría, de ahí los dos que encajaron. Los locales, que muchas veces no juegan bien, muchas veces ganan, y más en casa. Y sobre todo, SIEMPRE compiten.


BARCELONA: En Vila-real se vio un partido entretenidísimo, como nos tienen acostumbrados últimamente y como no podía ser de otra manera entre dos equipos que comparten idea futbolística: la de mandar en el campo, la de ser protagonistas del partido y la de tocar y tocar hasta cansar al rival. Y cuando esto se da, o bien gana el que tiene más eficacia o bien el que tiene más suerte. Ayer el Barça acaparó ambos papeles. Por descontado que ganó con justicia, pues dominó el encuentro y tuvo alguna ocasión más que el Villarreal. Pero viendo cómo se dio el encuentro, no hubiese sido injusto un empate ni descabellado pensar en una victoria 'amarilla'. Un par de palos por cada lado, alguna parada destacable en cada portería y multitud de combinaciones y jugadas de ataque por parte de los dos equipos. En jugada individual y colectiva, por dentro y por fuera, con remates cercanos y con disparos lejanos. Un espectáculo. Puro fútbol. Casualidad o causalidad, Xavi entró a falta de 15 minutos para el final con empate a 0 y el equipo acabó ganando. Muy reseñable el partido de Messi, que confirma que está de vuelta. Esas ganas y ese ansia de balón del que hablamos la semana pasada, esa ilusión recuperada de la que no teníamos noticias desde haccía un par de años...es una gran noticia para el fútbol. Y podemos darlo por hecho después de demostrarlo contra un equipo como el Villarreal y en un campo como El Madrigal. Suya fue la jugada que decidió el encuentro: presionó hasta robar un balón en la frontal que acabó recibiendo de vuelta en el área de castigo para irse de su defensor y lanzar un centro-chut sin mucho ángulo, cuyo rechace acabó empujando el debutante Sandro para convertirlo en el gol de la victoria  (0-1). Otra vez el míster se atrevió a darle minutos a un canterano, pero no los de la basura, sino los de verdad, y otra vez este le respondió. La jornada pasada fue el madrileño Munir y ayer lo hizo el canario. Siempre hace falta algo de suerte para todo. Pero lo que es imprescindible es LA FE. Y a la cantera se le tiene. Por eso ellos responden cuando los llama Luis Enrique, el mejor fichaje blaugrana de esta temporada.


MADRID: Qué grande es el fútbol. Eso es lo que a uno se le viene a la cabeza si le cuentan que el Real Madrid acabó perdiendo por 4 a 2 un partido que a los 10 minutos ya había encarrilado con dos golazos de Ramos y Bale y que apuntaba a goleada. Y más si lo ve...El Madrid de este año ha tenido tres grandes bajas y tres grandes altas. Se podría interpretar que han sido tres 'hombre por hombre' si lo vemos como un Keylor por Diego, James por Di Maria y Kroos por Alonso. Aquí cada uno tendrá una opinión sobre si es mejor el que se fue o el que vino. Pero de lo que no cabe duda es de que la baja que más daño hace a los blancos es la última. Navas es el suplente de Iker y parecía que López también lo iba a ser esta temporada en caso de quedarse. James no juega en la misma posición que Di María, pero en cualquier caso el argentino no tenía asegurado un puesto en el once y, veremos cuando vuelva Cristiano y estén todos, tampoco parece que el colombiano vaya a ser intocable. Sin embargo, el mediocentro vasco es insustitutible. Tanto que el otro día Ancelotti reconocía apenado: "Habíamos traído a Kroos para mejorar. Iba a ponerlo junto a Xabi". Claro. Cualquiera de los dos porteros con los que se quedó el Madrid son de garantías. Así que no es un drama la marcha del actual meta del Milan. En ataque tiene gente de sobra, más con la recentísima llegada de Chicharito como alternativa a Benzema y la próxima recuperación de Jesé. Y por el precio que se vendió al habilidoso extremo argentino, no me parece que se pueda hablar de una mala operación. Pero no ocurre lo mismo en el medio campo. Illara no ha demostrado estar al nivel de un titular del Madrid, el rendimiento de Khedira es una incógnita tras su larga lesión (por más que hiciera un gran mundial) y su negativa a renovar, Modric es un jugador tan sensacional como poco posicional, y el alemán, fichaje estrella, no siempre podrá dar abasto a todo. Alonso era el futbolista total. Daba salida al balón, cambiaba el juego, ayudaba en defensa, hacía coberturas y echaba una mano en el juego aéreo. Todo lo que aportaba el vasco le faltó al Madrid anoche en San Sebastián. Bien es cierto que pudo irse al descanso con 1-3 y que pudo merecer la victoria o como mínimo el empate. Pero cuando te quitan al timón del equipo, al que daba equilibrio al centro del campo y ponía la serenidad necesaria para gestionar un 0-2, y además no puedes contar con tu as de bastos (Ronaldo), el ideal para la heroica y la remontada, te puede pasar lo que pasó ayer. El equipo se relaja, encaja un gol, y otro, y se va al descanso empatando un partido que tenía pinta de victoria fácil. El empuje de la afición donostiarra, la fe y el entusiasmo de los vascos y por qué no decirlo, la suerte de los locales y la mala suerte de los visitantes en los momentos puntuales, hicieron el resto. Iñigo en un córner, Zurutuza con un doblete en su día de gloria y la estrella realista Carlos Vela, tras otro saque de esquina, pusieron el 4-2. Ancelotti tiene mucho trabajo por hacer...


A DESTACAR: En esta liga, muy especialmente en lo que a la salvación se refiere, cada punto vale oro. Por eso todos los equipos de la parte baja de la tabla deben estar muy metidos hasta que pite el árbitro. La igualdad reina en la parte de baja de la tabla, y los puntos que consiguieron el Deportivo, con su empate contra el Rayo en el minuto 94 (2-2) y el Elche, que en el '91 puso las tablas en un partido que le tenía ganado el Granada (1-1), pueden ser decisivos a final de temporada. La temporada pasada se decidió el campeón en la última jornada y por golaverage. ¿Por qué no podría a pasar lo mismo con el descenso?

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