viernes, 28 de noviembre de 2014

EL DÍA L: LUIS, LEO Y LA LEYENDA


Se encontraban, sobre el papel, el peor equipo del grupo contra el mejor. Los locales lo habían demostrado durante toda la fase de grupos, los visitantes deberán refrendarlo en el último partido en casa contra el PSG.


A destacar en el ‘once’ titular la presencia por segundo partido consecutivo de Piqué, después de tres seguidos fuera, la vuelta de Alves al lateral derecho, que ni gusta ni se entiende, la suplencia de Neymar, al que sin duda se reservó para Valencia, y la colocación de Mascherano en el mediocentro, su puesto natural.

Fue un partido redondo para el Barça. Por el juego, por el resultado y por estar lleno de efemérides. Superior de principio a fin, dueño y señor del partido del minuto 1 al 90. Tuvieron los azulgrana un encuentro cómodo en el que sólo vieron inquietada su portería en una ocasión, salvada con gran acierto por el meta titular de la Champions, el alemán Ter Stegen. De resto, monólogo de los hombres de Luis Enrique, que no sólo cerraron los datos de posesión en un espectacular 19-81, sino que crearon hasta siete ocasiones claras de gol convirtiendo cuatro, seguramente un porcentaje de acierto mayor del que suelen tener. Además, bien repartidos, pues cayeron dos en cada parte. En la primera lo encarrilaron y en la segunda lo sentenciaron.




Los goles fueron obra, primero y por fin, de Luis Suárez, que recibió de espaldas a puerta y con un precioso reverso, túnel incluido, se deshizo de su marcador y se quedó sólo frente a Urko Vera, el buen portero español al que batió por bajo ajustando el balón al palo largo. Y los tres siguientes, de Lionel Messi, que tal y como había hecho la jornada anterior en La Liga, rompió el récord establecido, en el que estaba empatado con Raúl y Cristiano, a lo grande, con un hat trick, y se convirtió en el máximo goleador de la historia de la Champions League. Por cierto y por primera vez, todos con su pierna menos buena, la derecha. En el primero desvió voluntariamente un ‘pase-chut’ de Rafinha. En el segundo, aprovechó una mágica asistencia de Alves ‘a lo Xavi’, por fin el brasileño hizo algo productivo después de no se sabe ni cuánto tiempo. En el último, aprovechó un pase de la muerte de Pedro desde la izquierda, tal y como había hecho en el Amsterdam Arena un par de semanas atrás y 0-4. En lo que respecta al juego defensivo culé, el Apoel no fue capaz de provocar ni tan siquiera un córner, mientras que sólo tiró una vez a puerta, la anteriormente citada, por ninguna fuera. Es cierto que el rival no era un equipo de gran nivel, pero cabe recordar que en toda esta temporada no había encajado más de un gol en ningún partido. Esto es, pequeños pero matones, defienden bien y saben encerrarse.

En lo que a anécdotas, datos y estadísticas se refiere, señalar la infantil expulsión de Rafinha, con el partido ya resuelto, por doble amarilla. El brasileño es un jugador que, habiendo sido suplente habitual, no puede quejarse de las oportunidades y lo minutos que le ha dado el míster, quien sí debe tener algún reproche a su rendimiento. Hasta el partido de hoy, me había parecido que su juego había sido insulso, ‘ni fu ni fa’. Que no hacía nada especialmente bueno ni tampoco especialmente malo. Vamos, que pasaba desapercibido, todo lo contrario de lo que le hacía la temporada pasada en el Celta. Pues esta vez se empeñó en destacar doblemente, en positivo y en negativo. El primer gol nació de sus botas, aunque más pareció un tiro no demasiado fuerte ni peligroso que un pase. Pero combinó bien y tuvo detalles de clase a lo largo del partido. Eso por el lado bueno. Por el malo, vio dos tarjetas amarillas tontas, especialmente la segunda, en zonas del campo en las que no había riesgo para el equipo ni necesidad de cometer tales infracciones. 


Y además del súper récord de Messi y del estreno goleador de Suárez, cabe destacar que Xavi se convirtió, junto con el mítico Ryan Giggs, en el jugador con más partidos de Copa de Europa disputados y en el único que ha conseguido 100 victorias ‘europeas’, sumando las de todas las competiciones continentales. Así pues, quedan resquicios de aquel grandioso equipo que fue el Barça de Guardiola, con algunos de sus miembros dando sus últimos coletazos al mismo tiempo que siguen batiendo récords, como Xavi; otros que no pasan por su mejor momento pero que se han ganado el respeto y el cariño de todos, como Iniesta; y uno que a estas alturas sigue sin saber dónde está su techo, como Messi. La leyenda continúa…

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